¿CUANTO SABEMOS ACERCA DE LA FIEBRE?
¿Existe razón para preocuparse con los cambios leves de temperatura en un niño?
No, si se siente bien y tiene buen aspecto.
Sin embargo, cuando ésta sobrepasa los 38 grados rectal y va en aumento, es probable que su hijo esté enfermo y deba consultar al médico. Cualquiera sea el alza térmica en todo menor de seis meses, debe consultar al pediatra a la brevedad Toda madre debería saber tomar la temperatura al niño y leer el termómetro. El médico o la enfermera de los consultorios, tienen que enseñar en forma práctica este procedimiento junto con entregar información acerca de las cifras que se consideran fiebre y según la parte del cuerpo donde se tome. La mamá deberá estar capacitada para manejar al niño con fiebre en sus primera horas.
Termómetro recomendable
Termómetro ojalá digital, yo no se recomiendan los de mercurio
No se recomienda este tipo de termómetro
Por definición, la fiebre es la elevación de la temperatura del cuerpo más allá de lo normal. Si se toma por vía rectal, como se recomienda en todo menor de un año, en términos prácticos se hablará de fiebre cuando el termómetro marque más de 38 grados.
La fiebre en sí misma no es peligrosa, por el contrario, es un signo de alerta: algo está ocurriendo en el organismo de su hijo.
En la fase de ascenso de la temperatura pueden aparecer, pero no siempre, escalofríos que se acompañan de un “tiritar del cuerpo”. La piel se aprecia fría y pálida.
Cuando desciende la temperatura, se aprecia bastante sudación y mejora el aspecto del niño.
Mayoritariamente la fiebre tiene naturaleza viral y dura de dos a tres días. Más importante que la cifra misma es el aspecto que el niño pueda presentar. En nuestro medio existen muchos mitos, fuertemente arraigados en la población, acerca de la fiebre.
El primero de ellos es que se trata de una enfermedad y que hay que combatirla a toda costa. También se piensa que puede subir indefinidamente y constituirse en una tragedia para un niño.
Asimismo, se relaciona directamente con convulsiones, meningitis y retardo mental.
Del mismo modo se asocia cualquier fiebre a una enfermedad grave y se recurre de inmediato a los antibióticos para superar el episodio. Por último también es erróneo, una vez que se ha detectado fiebre, seguir tomando la temperatura frecuentemente aunque el niño esté tranquilo y dormido