Al donante desconocido. Carta al Mercurio de alguien que prolongo su Vida gracias a un donante
Señor Director:
Hace un mes falleció mi marido después de una larga enfermedad.
En medio de la pena siento un gran deseo de agradecer al donante y a su familia, porque hace 17 años mi marido pudo seguir viviendo gracias a un trasplante de corazón.
Al donante desconocido. Carta al Mercurio de alguien que prolongo su Vida gracias a un donante
Señor Director: Hace un mes falleció mi marido después de una larga enfermedad.
En medio de la pena siento un gran deseo de agradecer al donante y a su familia, porque hace 17 años mi marido pudo seguir viviendo gracias a un trasplante de corazón.
Por motivos que desconozco, pero que respeto profundamente, no quisieron decirnos quién era el donante. Mi marido vivía con un corazón de otra persona y no sabíamos quién era. Al principio reconozco que tenía bastante curiosidad de saber de quién era ese corazón, pero siempre he sentido unas ganas enormes de agradecer su generosidad.
Gracias a su acción y al Hospital Clínico de la Universidad Católica, nos permitieron vivir estos 17 años durante los cuales mis hijos fueron formando sus familias, nacieron los nietos -ya van 25- y pudieron conocer a su abuelo, pudo quererlos, abrazarlos y transmitirles enseñanzas.
¡Que bello es vivir!
Gracias a Dios, que existen .
Sé que los actos de generosidad que no se dan a conocer tienen un valor especial, pero siento la necesidad de comunicar, en medio de tantas noticias negativas que a diario se publican, este gran gesto de amor, porque son estos hechos los que llenan el corazón y nos hacen decir ¡qué bello es vivir!