Lactante menor
Este es un problema de los “problemas” mas corrientes de los niños pequeños. Y lo de “problemas” va entrecomilla por que mucho mas frecuentes que el estreñimiento son algunas pequeñas dificultades a la hora de evacuar y el falso estreñimiento. Y cosa rara, las culpas se las suele llevar la leche, aunque en este caso le toca a la artificial..
El falso estreñimiento
Cuando un lleva dos o tres días sin defecar, parece lógico pensar que va estreñido, y ese es uno de los inconvenientes clásicamente aceptados de la leche artificial. Sin embargo, el estreñimiento se define como un “trastorno de la defecación en que esta se hace difícil, poco frecuente, y con expulsión de heces duras y escasa”. Es decir, que cuando un bebe tiene realmente estreñimiento, a parte de hacer menos veces, las pasa moradas para acabar sacando cuatro bolitas tipo cabra… o un enorme pedrusco. Y por tanto, aunque no ensucie a diario, si al final va blando y sin problemas, no tiene estreñimiento, ni hay que darle (ni meterle) nada de nada.
Dificultad para evacuar
La coordinación entre los movimientos del intestino y la relajación del esfínter del ano no es muy eficiente en los niños menores, que a menudo deben efectuar bastante esfuerzo para lograr evacuar y es normal que levanten las piernas y se pongan rojos de tanto empujar. Pero si la deposición que finalmente logran eliminar es de consistencia normal (y muy a menudo es incluso blanda), no puede decirse que tengan estreñimiento; por tanto, no se les debe dar jugos ni nada para reblandecer unas heces que no lo necesitan.
Difícil evacuar acostado: una forma de ayudarlos.
En cambio, es útil flexionarles las piernas sobre el abdomen cuando están haciendo fuerza o, mejor todavía, darles un punto de apoyo, porque defecar acostado es muy difícil; mientras que si se sostiene al niño de modo que pueda apoyar y empujar con sus pies, como si estuviera en cuclillas (que es la posición más natural para evacuar), la presión que hace con su abdomen será mucho más eficaz.
Solo para salir del paso..
El remedio más socorrido para facilitarles la tarea es introducirles la punta del termómetro o de un supositorio de glicerina en el ano, pero dilatárselo así no les ayuda a aprender a hacerlo por sí solos; en cualquier caso, es mejor no abusar de este método en cualquiera de sus variantes. Debe madurar el reflejo
Deposiciones frecuentes
Durante los primeros meses, la frecuencia de las deposiciones depende básicamente del tipo de alimentación del bebé, pero también de su edad y de su propia naturaleza.
Tomando biberón, es normal que las deposiciones sean mucho menos frecuentes si van evacuando sin dificultades y en cantidad adecuada, no debe hacerse nada.
No parece que sea un detalle intencionado por parte de los fabricantes de leches para comenzar su precio, pero la verdad es que, tomando biberón, solo defecan cada dos o tres días, y mientras las heces no sean “duras, escasas y difíciles de expulsar” menos gasto en pañales, que tampoco son gratis.
Con el pecho también hay niños que en vez de cinco o seis pequeñas hacen solo una vez : grande y blanda. Y aunque evacuan menos de tres veces diarias a partir del tercer día de vida puede ser señal de que no están mamado lo suficiente, es muy normal que .alrededor del mes y medio solo lo hagan uno o dos veces al día.
Con la lactancia materna, lo más normal al principio es que ensucien los pañales casi cada vez que comen, aunque algunos, en vez de seis o siete pequeñas deposiciones, hacen una o dos más abundantes. Luego se va reduciendo la frecuencia y es muy normal que alrededor del mes y medio sólo evacuen una o dos veces al día.
Tres o cuatro días
Pero también los hay que pueden pasarse hasta tres o cuatro días sin defecar, y si se les ve tranquilos y luego eliminan sin mayor dificultad unas heces de consistencia normal, tampoco debe hacerse nada.
Pero cuando las deposiciones escasean durante los primeros días, conviene asegurarse de que estén mamando bien, porque si no comen, no es que se estriñan sino que no tienen nada que evacuar
Con lactancia artificial, ya desde los primeros días las heces son menos frecuentes, por lo que es raro que el niño defeque más de dos veces diarias y muy común que pase más de uno o dos días sin hacer nada. Mientras luego las heces no sean muy duras y el bebé sufra para eliminarlas, tampoco hay motivo para intervenir de ningún modo.
Heces duras, la verdadera constipación
El auténtico estreñimiento en el bebé es siempre merecedor de una pronta atención por parte del pediatra, porque además de ser el síntoma de un problema que puede ser importante, tiene tendencia a hacerse crónico y complicarse. En efecto, cuanto más tiempo permanecen almacenadas las heces en el colon, más secas y duras se vuelven, con lo que su posterior eliminación es más difícil y dolorosa. Esto hace que el niño trate de defecar lo menos posible y que retenga cada vez más tiempo una mayor cantidad de heces en su intestino, que al secarse y volverse más duras aún, cierran un círculo vicioso. Cuando el bebé no tiene más remedio, evacua entre gritos una gran bola de heces que, sin embargo, es sólo una parte de lo que acumula en el colon; pero dado su tamaño y su dureza, a menudo llega a desgarrar la mucosa del ano, causando una dolorosa fisura anal, que además de manchar las heces de sangre, no hará sino aumentar el problema.
Comenzar con algo mas de líquidos
Una de las primeras cosas que se suele probar para aliviar el estreñimiento de un niño criado con biberones es ofrecerle un poco de agua extra, tratando de evitar que su organismo necesite absorber toda el agua de las heces, para que no las seque y endurezca en exceso. Por eso, algunos pediatras recomiendan rebajar los biberones un poco, poniendo 35 ml de agua en vez de 30 por cada medida rasa de leche. Con lactancia materna, si se les deja mamar libremente es muy raro que queden justos de agua, porque ellos mismos deciden cuánta necesitan, pasando a la más líquida leche inicial del segundo pecho cuando lo desean.
Algunas leches especiales
Sin embargo, aunque con lactancia artificial es normal que las deposiciones sean menos frecuentes, también es cierto que a veces se hacen realmente duras por más que se cuide de incrementar el aporte de líquidos. La grasa de la leche para bebés forma con el calcio unos complejos llamados “jabones cálcicos” que las endurecen, y ese es quizá el inconveniente más inmediato y objetivo de la lactancia artificial. Algunos laboratorios han introducido modificaciones en la naturaleza y proporción de las grasas, lanzando leches “anti-estreñimiento” que tratan de obviar este problema.
La alergia a la proteína de la leche de vaca, cuya manifestación digestiva más habitual es la diarrea, en alguna ocasión da lugar a estreñimiento; de ahí que el pediatra también pueda decidir una prueba con leches especiales exentas de esa proteína.
El uso de jugos: pueden resultar irritantes
Pero el recurso más popular es el jugo de naranja. Su uso entra en contradicción con el principio según el cual los niños no deben tomar nada distinto de leche antes del cuarto mes de vida,. Su mecanismo de acción tampoco es muy fisiológico, pues probablemente laxa al bebé por un efecto irritante, y sería más aconsejable administrarlo con la pulpa, como hacen en otros países con la ciruela.
Buenos medicamentos en el comercio: los ablandadores
Existen buenos productos en el comercio que ayudan a ablandar las deposiciones-
Son los que contienen Lactulosa en su preparación. Recuerde la estitiquez en los niños se acompaña de heces duras y no infrecuentes.
Fuente: Dr. Pedro Barreda www.pediatrachile.cl
Editado por: Dra. Castro
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