El mortal cáncer de piel sigue siendo poco común en los niños, pero un estudio a largo plazo halló un aumento anual del dos por ciento entre los blancos.
Aunque el melanoma en los niños sigue siendo extremadamente raro, la tasa aumentó en alrededor del dos por ciento al año entre 1973 y 2009 entre los niños de EE. UU., desde recién nacidos hasta los 19 años de edad. El melanoma conforma hasta el tres por ciento de todos los cánceres pediátricos, según la Skin Cancer Foundation.
Según el estudio, en ese periodo se diagnosticó melanoma a 1,317 niños. De éstos, 1,230 niños eran blancos. Debido a que el número de casos de melanoma entre otros grupos raciales y étnicos era tan bajo, los investigadores enfocaron el análisis en los niños blancos.
el mayor aumento en las tasas de melanoma se observó entre los adolescentes de 15 a 19 años, sobre todo entre las chicas, mostró el estudio.
Los nuevos hallazgos aparecen en la edición impresa de mayo de la revista Pediatrics.
Estudios recientes también han mostrado que el melanoma está en aumento entre los adultos. No se comprende del todo exactamente qué fomenta estas tendencias, pero una mayor exposición a la radiación ultravioleta, tanto del sol como de las camas de bronceado, además de una mayor concienciación sobre el melanoma podrían ser responsables, según los autores del estudio liderado por Jeannette Wong, del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU.
Los investigadores usaron una base de datos para capturar las tendencias en el melanoma pediátrico, pero no tenían información sobre los hábitos de bronceado o el historial de exposición al sol de los participantes.
Los chicos eran más propensos a desarrollar melanomas en la cara y en el torso, mientras que las chicas eran más propensas a tener melanomas en las piernas y las caderas, hallaron los investigadores. Otros riesgos de melanoma en niños y adultos incluyen una piel clara, los ojos y el pelo de color claro, los lunares, los antecedentes familiares de melanoma y un historial de quemaduras solares.
La Dra. Amy Forman Taub, dermatóloga de Lincolnshire, Illinois, dijo que las conductas relacionadas con el bronceado tienen mucho que ver con las crecientes tasas de melanoma en niños y adultos. “Se trata de las camas de bronceado y del hecho de que cuando salimos de vacaciones nos exponemos a mucho sol intenso”, aseguró.
Los genes también podrían tener algo que ver, sugirió Taub, quien no participó en el nuevo estudio.
El melanoma en los niños se parece bastante al melanoma en los adultos, aclaró Taub. Tiene bordes irregulares, es asimétrico (si se corta por la mitad, no se obtienen dos mitades iguales), tiene colores desiguales, y un diámetro mayor de 6 milímetros (alrededor de un quinto de pulgada). “Los padres deben estar atentos a cualquier lunar nuevo o cambiante de sus hijos”, aconsejó.
Elegir un filtro solar que bloquee tanto los rayos ultravioleta A como los B, y volver a untárselo con frecuencia, es importante, enfatizó. La ropa adecuada para el sol también puede ayudar a proteger a los niños.
La Dra. Ana Duarte, directora de dermatología pediátrica del Hospital Pediátrico de Miami, se mostró de acuerdo. “El diagnóstico temprano del melanoma es beneficioso”, señaló, y es imposible sobreestimar la importancia de la protección. “Los filtros solares y la protección solar son muy importantes para los niños”, dijo Duarte, y haga lo que haga, “no ignore los lunares que cambian, incluso en los niños, porque los niños pueden tener melanoma”.
La Dra. Michele Green, dermatóloga del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, apuntó que el nuevo estudio pone el melanoma infantil en el radar, algo que considera bueno.
“Es poco común, pero los niños contraen melanoma”, comentó Green. “Ante la duda, haga que lo examinen. La buena noticia es que sabemos cómo prevenir el melanoma, y cuando lo detectamos temprano, tenemos unas tasas de curación realmente buenas”.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Amy Forman Taub, M.D., dermatologist, Lincolnshire, Ill.; Michele Green, M.D., dermatologist, Lenox Hill Hospital, New York City; Ana M. Duarte, M.D., director of pediatric dermatology, Miami Children’s Hospital; May 2013, Pediatrics