Saval: Niños oportunidad de cambios

Dr. Carlos Astudillo Bravo:

“Los niños son la oportunidad de cambio para revertir las ECV”

El profesional se encuentra a la cabeza de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar), Filial Región de Valparaíso, que para los años 2011-2013 se ha propuesto revitalizar al organismo, abriendo sus actividades a los médicos que se preocupan de la patología cardiovascular en la zona y a la comunidad, a través de iniciativas de notoriedad pública. La meta es “crear conciencia que a través de la educación es posible revertir las cifras de enfermedades cardiovasculares en nuestro país y la clave está en los más pequeños”, asegura.

“Los niños son la oportunidad de cambio para revertir las ECV”

La Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar), Filial Región de Valparaíso, cuenta con alrededor de 45 miembros activos. Su presidente, el doctor Carlos Astudillo Bravo, asumió el desafío de estar a la cabeza del organismo y junto a los doctores Javier Alburquerque Fuschini, Andrés Vera Peralta y Carlos Rodríguez Quezada, miembros de la directiva, se comprometieron a revitalizar a la Sociedad con diferentes actividades, tanto para sus socios como para la comunidad.

Nacido en Valparaíso, estudió medicina en la Universidad de Chile. “En esa época era la sede Valparaíso, que luego pasó a ser la actual Universidad de Valparaíso, donde también hice mi postgrado en medicina interna”, contó el profesional.

Al terminar su beca, se subespecializó en cardiología en la Universidad de Londres. “Yo creo que mi inclinación por esta rama de la medicina nació desde muy chico. Influyeron dos cosas. Cuando yo era niño, el médico de la familia era el doctor Eduardo Mai, muy amigo de mis padres. Él era, al mismo tiempo, cardiólogo y siempre representó la imagen de lo que a mí me hubiese gustado ser en el futuro. Además, la cardiología me parecía, y sigue pareciéndome, una especialidad lógica, en el sentido que todo se puede medir, todo se puede cuantificar, todo se puede objetivar. Hay otras especialidades en que se puede percibir, pero no cuantificar. El mismo doctor Mai nos decía que la cardiología era una especialidad lógica, y en eso no se equivocó”.

Miembro del Servicio de Cardiología del Hospital Carlos van Buren de Valparaíso desde 1994, reparte sus días entre el recinto asistencial, su consulta privada y sus obligaciones como presidente de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar), Filial Región de Valparaíso. “Cargo al que había rehuido por varios años, pero esta última vez no pude”, confesó.

A días de inaugurar lo que será el Curso Regional de la especialidad el próximo 19 y 20 de octubre en el Hotel San Martín de Viña del Mar, el doctor Astudillo se entrevistó con SAVALnet para conversar sobre esta actividad y sobre los desafíos que presenta la cardiología actual.

– Desde su punto de vista, ¿cuáles han sido los principales hitos de la Sociedad Chilena de Cardiología, Filial Valparaíso, antes que asumiera la dirección?
– Yo creo que nuestra Sociedad se ha destacado, especialmente, por dos cosas. La primera, el esfuerzo por mantener actividades continuas de educación a la población, algo que se ha visto reflejado fuertemente en agosto durante nuestro Mes del Corazón. Me ha tocado observar el trabajo que realizaron las administraciones anteriores al respecto. Y lo segundo que debemos mencionar, es el fomento de las reuniones interhospitalarias, donde hemos querido invitar a los actores de la medicina cardiovascular de la región a discutir casos interesantes que nos competen a todos.

– Al asumir la presidencia de la Sociedad, ¿cuáles fueron los objetivos que se propusieron llevar a cabo junto al resto de su directiva?
– La directiva también está compuesta por los doctores Javier Alburquerque Fuschini, Andrés Vera Peralta y Carlos Rodríguez Quezada y junto a ellos nos propusimos realzar el carácter científico de la Sociedad, por lo tanto todas nuestras actividades apuntan hacia ello. Nos hemos reunido durante el año a discutir casos y temas y estamos ultimando los detalles de lo que será el curso regional de cardiología Sochicar que vendrá a coronar este año 2012, con él no sólo queremos reunir a los cardiólogos, sino que nos propusimos abrirlo hacia la medicina interna y poder así poner mayor énfasis en la salud cardiovascular. Nuestra gran actividad va a ser este curso que comienza este viernes 19 de octubre.

– Hasta el momento, ¿cuál es la evaluación que usted hace de su periodo de administración?
– Ha sido interesante. Primero, porque me ha tocado hacer cosas que antes desconocía, por ejemplo, la administración y diplomacia que el cargo tiene. He tenido que viajar todos los meses a Santiago para participar de las reuniones de la Sociedad, lo que ha sido muy enriquecedor. Yo estudié para tratar, no para administrar así que ha sido bastante bueno el conocer gente nueva y ver cómo se maneja una gran sociedad, porque a nivel nacional es muy grande. Nosotros aquí somos sólo 45 socios. Ha sido todo un tema el organizar actividades locales, porque requiere de tiempo, buenos contactos y de mucha comunicación con todos los sectores, tanto hospitalarios como intrahospitalarios.

– Y le ha gustado ejercer esas funciones…
– Sí, mucho y te digo por qué, porque los socios han respondido muy bien a todas la actividades que hemos realizado. Eso reconforta, si no hubiese sido así, creo que mi respuesta sería distinta, pero hemos hecho un buen trabajo.

– Actualmente, hacia qué ámbitos se orienta la preocupación de la Sochicar en la zona. ¿Apoyan de alguna manera estudios epidemiológicos de la situación cardiovascular o su labor va más por el lado de la educación?
– Los estudios epidemiológicos acá siguen otra ruta, habitualmente son trabajos de investigación patrocinados por el Servicio de Salud, son más gubernamentales que auspiciados por la Sociedad. Nosotros nos orientamos más hacia el fomento de la educación y formación continua de nuestros socios.

– Con respecto a eso, ¿cuáles son los objetivos o nuevas metas epidemiológicas que se planteará la Sociedad durante su dirección?
– El objetivo nuestro, y a nivel mundial, es reducir los factores de riesgo cardiovascular, es decir, aquellas condiciones que predisponen a una persona a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades del corazón. Y, habitualmente, lo que es gratis es lo que más cuesta: bajar de peso y dejar de fumar. Pero, lamentablemente, la gente es más cómoda y prefiere gastar plata comprando una tableta para la presión, antes que llevar una vida saludable a través de la dieta y el ejercicio. En Estados Unidos, la enfermedad cardiovascular ha ido disminuyendo y creo que con el tiempo en nuestro país vamos a comenzar a observar esta misma tendencia si educamos a la comunidad. Junto con la Fundación Cardiovascular Jorge Kaplán nos propusimos ir a los colegios, porque es ahí donde se debe partir. En los adultos, modificar los estilos de vida cuesta mucho. En cambio, si al niño se le enseña que el cigarrillo a nada bueno lo puede llevar se crea conciencia desde chiquitito, se cambia el switch; si le ayudamos a que prefiera una dieta balanceada y saludable por sobre una inclinada hacia la comida chatarra; y si los estimulamos a que vuelvan a jugar en la calle, como lo hacíamos nosotros cuando niños, podríamos contar una historia diferente. Eso es algo en lo que estamos trabajando con charlas y apoyo audiovisual acorde con la edad de los niños. Los adultos se cuidan por un rato, pero al poco tiempo vuelven a los vicios. Los niños son la oportunidad de cambio.

– ¿Desarrollaron alguna actividad especial durante el pasado mes del corazón?
– Con la Fundación Cardiovascular Jorge Kaplán, una organización sin fines de lucro que tiene por objetivo promover y fomentar la salud cardiovascular, hicimos actividades conjuntas durante todo el mes de agosto en el marco de nuestra campaña por el mes del corazón. Fueron actividades de figuración pública en Valparaíso y Viña del Mar con actividades públicas de baile entretenido y entrega de información, para culminara con un maratón por las calles de Viña del Mar.

– Si bien se han realizado enormes avances en el diagnóstico y tratamiento de las ECV, todavía éstas siguen siendo la primera causa de muerte en los países desarrollados. ¿A qué se debe este fenómeno?
– Se debe, principalmente, a los hábitos y el estilo de vida. Primero, la actividad física: mientras más urbanos seamos, menos nos movemos. Todos es auto, todo es colectivo y sólo se camina una a dos cuadras. Uno lo ve, por ejemplo, cuando me toca hacer test de esfuerzo. Gente que vive en la ruralidad y que para ir a comprar al almacén, a un kilómetro de su casa, tiene una capacidad física extraordinaria. En cambio la gente local, cuando hace el test de esfuerzo a los 200 metros ya no puede más. La gente se ha ido haciendo más sedentaria, consumiendo gran cantidad de calorías y adicta al cigarrillo lo que obviamente, en un futuro cercano, se traduce en obesidad y enfermedad cardiovascular. Cuando tú bajas de peso no sólo aumenta tu capacidad física, se reduce tu presión arterial, mejora el nivel de colesterol y los niveles de azúcar. Te das cuenta que, solamente, con cambios de hábito uno puede hacer la mayor parte de la tarea. Es la vida sedentaria urbana la que provoca este aumento de las enfermedades cardiovasculares.

– ¿Y por qué este problema está afectando en gran medida a los niños?
– Porque los niños no comen sano y cada vez juegan menos. La población infantil en vez de preferir una fruta, eligen un helado o una galleta con chocolate lo que son una cantidad de calorías concentradas en poco volumen y eso, a la larga, se transforma en obesidad. Cuando yo era alumno de medicina todavía veíamos el problema de la desnutrición infantil, existía la Corporación Nacional de Desnutrición Infantil con el doctor Mönckeberg, que se preocupaba de los niños bajo peso. Hoy, uno no ve estos problemas, sino que nos enfrentamos al otro extremo: a la obesidad en niños que no practican actividad física y que comen sólo calorías, nada de frutas y verduras y muy poco pescado. Por eso en la infancia está la clave.

– Pero si no se cambian los hábitos de los papás, ¿cómo se puede estimular a un niño a que sea saludable y responsable con su salud?
– Aunque no lo creas, los niños tienen poder. Me ha tocado ver pacientes infartados que cuentan cómo los niños son los que se preocupan de que los padres sigan al pie de la letra las indicaciones de los doctores y de reprocharlos porque están, por ejemplo, fumando. El “si mi hijo me ve fumando me reta”, es un clásico en la consulta. Los niños tienen tan internalizado que fumar hace mal que le hacen bullying al papá que comete la falta.

– ¿Cuáles son los principales desafíos futuros de la cardiología en nuestro país?
– Lo que hemos hablado: reducir la enfermedad cardiovascular a través de la prevención y la educación, partiendo por la infancia. Si logras eso vas a estar cubriendo el 80 por ciento de las enfermedades cardiovasculares. El otro 20 por ciento son enfermedades menos frecuentes que no tienen este componente.

– Y en alguna parte del mundo se ha logrado reducir la enfermedad cardiovascular
– Claro que sí, de hecho el doctor Valentín Fuster, un médico español que trabaja en la Universidad de Nueva York y que visitó nuestro país hace un tiempo, es uno de los promotores de la prevención a nivel infantil y tiene programas en pueblos específicos españoles. En ellos ha logrado cumplir las metas establecidas para reducir el riesgo cardiovascular y ha concluido que el costo es mucho menor que el que se requiere para sacar al mercado un nuevo medicamento contra la hipertensión o el colesterol.

– Por último doctor, cómo se vislumbra el panorama en Chile…
– Yo creo que, de a poco, vamos a poder lograr los cambios que necesitamos. La nueva ley que prohíbe la venta de comida chatarra en los colegios es un paso importante. Las campañas antitabaco también se deben considerar como progresos. Otro elemento a destacar es lo que se ha hecho para reducir los niveles de sodio en los alimentos. Se están haciendo cosas, pero los resultados no se ven de un día para otro, lo que pase con los niños de ahora lo veremos en 20 años más. Pero ese es el camino: la prevención. La solución no está sólo en los medicamentos, sino que en las medidas preventivas que se puedan probar.

Fuente: www.saval.cl

Imagenes: google y archivos propios