Va más a allá de la bomba de insulina tradicional, pero no es todavía el tan deseado páncreas artificial, aún en fase de experimentación. Se trata de un sistema pensado para personas con diabetes tipo 1 que lleva conectados la bomba y un sensor que toma medidas constantemente de los niveles de
Va más a allá de la bomba de insulina tradicional, pero no es todavía el tan deseado páncreas artificial, aún en fase de experimentación. Se trata de un sistema pensado para personas con diabetes tipo 1 que lleva conectados la bomba y un sensor que toma medidas constantemente de los niveles de glucosa a lo largo del día. Según un nuevo estudio, publicado en ‘JAMA’, esta comunicación entre ambos dispositivos reduce los episodios de hipoglucemia significativamente respecto a la simple bomba.
Lo consigue porque esta tecnología está diseñada para que cuando los niveles de glucosa disminuyen por debajo del límite establecido por el médico, automáticamente la bomba suspende su infusión de insulina durante dos horas y evita así un episodio de hipoglucemia grave, “que podría causar la pérdida de conciencia, convulsiones, coma e incluso la muerte”, argumentan los autores de la investigación, realizada en el Hospital infantil Princesa Margarita (Perth, Australia).
Pero excepto en estos casos en los que “suspende la administración de insulina”, subraya Mercedes Galindo, educadora y especialista endiabetes del servicio de Endrocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el funcionamiento de este aparato sigue requiriendo la acción del paciente, que es quien tiene que ‘ordenar’ a la bomba “lo que tiene que hacer en caso de observar en el sensor niveles alterados de glucosa”. De lo contrario, “estaríamos hablando de páncreas artificial y éste aún está en fase de experimentación”.
En cualquier caso, aunque esto sea el ideal en el tratamiento de la diabetes tipo 1, las ventajas del sistema de suspensión de administración de insulina están muy por encima del uso único de labomba de insulina, y así lo demuestra la nueva investigación del ‘JAMA‘, la “única que se centra en pacientes con diabetes tipo 1 cuyo riesgo de sufrir hipoglucemias graves es de tres a seis veces mayor”, remarca Pratik Choudhary, autor de un editorial que acompaña al estudio.
Los investigadores del Hospital Princesa Margarita de Australia seleccionaron 95 pacientes con este trastorno (con una edad media de 19 años y con bomba de insulina), todos con una característica común y peculiar: ninguno nota los síntomas de alerta ante una inminente hipoglucemia y, por lo tanto, no pueden poner remedio. “Nos decidimos por estos individuos [según el estudio, le ocurre a uno de cada tres pacientes con diabetes tipo 1] porque son ellos quienes tienen mayor riesgo de hipoglucemias graves y quienes más nos preocupan”.
Es lo que se conoce como hipoglucemias inadvertidas, señala Edelmiro Menéndez, endocrinólogo del Hospital Universitario Central de Asturias. “La mayoría de los diabéticos experimentan algunas de las señales iniciales: sudores, temblores, mareos, malestar, sensación de hambre, etc.”. Pero “hay un subgrupo de pacientes que no advierten estos signos y no les da tiempo a tomar medidas. Pueden entrar en coma y, si están conduciendo, estrellarse, por ejemplo”. Este grupo de pacientes son los que “realmente nos preocupan”. También hay que tener en cuenta, puntualiza el editorial del ‘JAMA’, que el 75% de las hipoglucemias graves en niños ocurren por la noche”, mientras duermen, por lo que tampoco pueden poner remedio.
Por esta razón, el equipo de científicos de Australia evaluó la eficacia de los dos mecanismos: la bomba de insulina tradicional y el sistema que incorpora además el sensor con capacidad para suspender la administración de insulina.
Con este último, consiguieron “reducir los episodios de hipoglucemia grave de un 21,9% a un 0,0% en el transcurso de un año[…] En el grupo que sólo tenía la bomba de insulina, los episodios se mantienen”. Además, también “se redujo significativamente” la exposición a valores por debajo de 70 mg/dl y 60 mg/dl en el grupo con suspensión por hipoglucemia. “Comprobamos que este sistema era capaz de disminuir tanto la frecuencia como la duración de estos episodios en un grupo de pacientes especialmente en riesgo”, reza el artículo.
A pesar de estos resultados y de estar disponible en el mercado español (desde 2009), “la demanda es muy baja”, aseguran fuentes de la empresa que lo comercializa (Medtronic). Los motivos son fundamentalmente económicos, según los expertos consultados por ELMUNDO.es. Mientras que la bomba de insulina sí está financiada por el Sistema Nacional de Salud, el sensor no.
Editado por: Dra. Paula De la Barra C., Dr. Pedro Barreda
Fuente: El Mundo.es